El otro día iba paseando con una amiga por las calles centricas de Madrid y nos paramos al ver a un grupo de gente rodeando a unos músicos en plena calle cantando. Sin duda no eran conocidos, pero el calor que desprendían en medio de todo el frío madrileño era algo único. Tenían buena voz y habían conseguido la atracción de un pequeño grupo de gente que los escuchaba atentamente.
Esta escena me hizo meditar de algo que siempre he opinado y he decidido escribir en mi blog sobre ello.
La música no está ni valorada ni bien repartida, y por tanto el número de gente que canta bien y puede dedicarse a ello como su trabajo fijo es muy reducido y reservado solo para un x número de personas que tienen fama entre el público.
Se ha llegado a tal punto que la calidad vocal del cantante o la afinación pasan a un segundo o tercer plano y el tema estético y propagandistico se ha convertido en lo esencial.
Multitud de buenos cantantes, que lo llevan en la sangre desde siempre se matan por conseguir un pequeño bolo en un bar en el que a lo mejor ni son escuchados mientras que otros tantos que ni cantan bien y que simplemente son retocados en un estudio venden millones de discos.
Si a todo eso le sumamos a los cantantes que no valoran a la gente que les da de comer y los insulta y desprecia y sigue vendiendo millones de discos tenemos el resultado del panorama actual.
Sin duda una pena y algo que me encantaría poder cambiar aunque una persona sola o por muchas que fuesemos no seríamos suficientes, porque no interesa, y sería llevado de tal manera que fuese olvidado para seguir cosechando éxitos con esos cantantes "famosos"
Hay que defender la buena música, valorarla y defenderla porque no hay que olvidarse que la música es un arte que no todos poseen y que se ha de apreciar como tal...