Cualquier día normal amaneces y tienes un plan en la cabeza, algo sencillo y cotidiano.
Pero es entonces, cuando improvisas y van saliendo planes que no esperabas cuando se convierte en un día que recordar.
El pasado viernes teníamos pensado una tarde tranquila en el centro y una obra de teatro.
Tras recoger las entradas empezó la aventura: encontramos una tienda subterránea de vinilos y películas muy original, cenamos algo riquísimo y tras ver la función nos tomamos unas cervecitas en un lugar de los más rockero.
La compañía no podía ser mejor, y aunque la lluvia nos quiso fastidiar no lo consiguió.
Al llegar a casa bailamos como las locas al ritmo de beyoncé y nos fuimos a dormir cual angelitos.
Jeans: Forever 21; Jersey: Vintage; Pañuelo: Pimkie; Bolso: Suiteblanco; Chaqueta: Vintage;
Gorro: Zara.
