Ayer me acababa de comprar unos preciosos tacones nuevos de Zara aquí en Santander y decidí ponérmelos en casa para enseñárselos a todos. Y justo en ese momento de felicidad, me desestabilicé y caí de los altos tacones que llevaba.
Resultado, esguince de tobillo e inmovilización y reposo lo más tranquilo posible.
Todos los planes han sido cambiados a pequeños desplazamientos donde el coche te deje lo más cerca posible al destino y largas tardes en casa jugando a cartas o viendo películas en la televisión que acaban perdiendo hasta la gracia.
Día 2 de lesionada y ya creo que no puedo aguantar más, me muero de ganas por bailar, correr por la playa, nadar largas horas en la playa y pasarlo en grande.
att: Iri y su tobillo vendado.
