Te levantas una mañana normal y rutinaria , cambias de escenario pero todo sigue como antes. Hasta ese preciso instante en el que llega esa persona que hace poner tu mundo del revés. Tienes mariposas en el estomago o más bien una fiesta de mariposas dentro, es extraño ese sentimiento para ti. Quizás por llevar tiempo sin sentirlo o quizás porque nunca lo habías llegado a sentir así.
Todo es diferente y te asustas, te vuelves pequeña y necesitas un apoyo, cualquier persona te iba a ir bien en ese momento, dudas, te ves indiferente para el resto y te planteas si eso es así por creación propia o por los demás.
Un momento de incertidumbre que vuelve a tu antigua y rutinaria normalidad cuando te entretienes, escuchas música o hablas con amigos.
Pero sin nunca perder esa mariposa que te lo va recordando. Y entonces te das cuenta de que te has convertido en uno de esos miles “e...” , te da miedo decirlo, que se ilusionan.